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Qi Jiquan y el origen del Taijiquan

En un post anterior hemos examinado el conocido mito de Zhan Sanfeng y hemos aventurado algunas lecturas socio-políticas y antropológicas de su origen. Hemos querido apuntar con ello a uno de los debates no resueltos que genera aún disputas acaloradas entre las distintas tradiciones que conforman la comunidad del Taijiquan. Al mismo tiempo, nos hemos puesto del lado de aquellos que reivindican una cuna más humilde para el Taijiquan que la que los seguidores de Wudang publicitan.

En contra de la versión hipnopédica de Huang Zongxi (según el cual un dios guerrero le transmitió el boxeo a Zhan Sanfeng durante el sueño), suscribimos la postura de Douglas Wile (1999/2001) cuando afirma que «la génesis del Tai-chi no puede verse de antemano como un único acto de revelación» (p. 10). Este autor, ampliamente conocido por sus traducciones de los clásicos del Taijiquan, da por cierta la versión según la cual el Boxeo de la Cumbre Suprema se deriva del sistema de entrenamiento marcial desarrollado en Chenjiagou.  Sin embargo, no se muestra tan dispuesto a suponer -simplemente- que el Taijiquan fuera creado ex nihilo en dicha población.

No creo que ningún practicante del estilo Chen haya sostenido alguna vez que Chen Wangting (1600-1680), de repente, se haya sacado el Taijiquan de la manga.  Sin embargo, no está de más hacer explícito aquí que, para que el conocido general llegara a estructurar sus formas de boxeo, tuvo antes que beber de variadas fuentes (para luego combinarlas creativamente). Dado que en otro post ya hemos hablado sobre sus conocimientos de la gimnasia taoísta aquí solamente nos referiremos a lo que fue su inspiración militar.

Empezaremos diciendo que Chen Wangting no solamente era un erudito, sino que provenía de una familia con una larga tradición marcial.  Además, fue él mismo un combatiente, curtido en el campo de batalla.  En 1641, antes de la caída de la dinastía Ming, Chen Wangting era un oficial militar y había servido como comandante en la guarnición del condado de Wen (Sim y Gaffney, 2002). ‘Al ser un general expermentado’ afirma Jan Silberstorff (2003/2009) ‘Chen Wangting poseía un inmenso conocimiento y una gran habilidad en las artes marciales cultivadas pro su familia’ (p. 23). Parte de ese conocimiento de fondo provino, no solo de la tradición familiar, sino del Clásico del Boxeo de Qi Jiquang (Ch’i Chi-kuang). Movimientos como ‘Látigo simple’, ‘El gallo dorado sobre una pata’ o ‘Acariciar la crin del caballo’, hoy en día parte del repertorio del Taijiquan, estaban ya estaban presentes en dicho documento (Wile, 1999/2001).

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Qi Jiquan (1528-1587)

Qi Jiquan (1528-1587) fue un gran general, de distinguida familia militar, que vivió la decadencia de la dinastía Ming. Después de una brillante carrera, cayó en desgracia y se retiró a su ciudad natal, Shantung. Allí, entre 1559 y 1561,  reunió los escritos de toda su vida y publicó el Nuevo Libro de las Técnicas Efectivas (Ji xiao xin shu).  Esta obra, donde se discuten a profundidad técnicas de combate con armas y mano vacía  (Sim y Gaffney, 2002), solo han sido superada por El arte de la guerra de Sun Tzu (Wile, 1999/2001). Una de estas obras, el Clásico del Boxeo (Quan jin), tiene una especial relevancia para la historia del Taijiquan.  En ella se describe una forma de treinta y dos posturas que Qi Jiquan sintetizó a partir de su conocimiento de dieciséis estilos de artes marciales, por él conocidas  (Sim y Gaffney, 2002).

De acuerdo con Wile (1999/2001), esta forma ‘proporcionó un estilo estándar [de arte marcial] que trascendió los linajes familiares y pudo ser muy aceptado y asimilado’ (p. 17). El que Qi Jiquan usara dicha forma para entrenar a sus tropas del norte explica, a juicio del autor, que el historiador Tang Hao encontrara copias del tratado en Chenjiagou, durante sus estudios sobre el origen del Taijiquan. Si a ello se añade que veintinueve posturas descritas en el Clásico del boxeo encuentran correspondencia en las formas del estilo Chen (históricamente posteriores), es fácil concluir que la obra tuvo que influir en la creación de dicho estilo. Douglas Wile (1999/2001) va un poco más allá, y especula que  la suavidad de los movimientos, tan característica del Taijiquan, es heredera de uno de los estilos estudiados por Qi Jiquan: el Boxeo cuerpo a cuerpo de Chang el Algodón.

Así pues, no podemos menos que apoyar a Wile cuando defiende que el Taijiquan no apareció de un acto de iluminación repentina.  Esta arte marcial, como todo producto del hacer humano, es el resultado de una intrincada -y a menudo larga- historia.  En ella, diferentes tradiciones y saberes se entremezclan. Si se reconoce en Chen Wanting al padre del Boxeo de la Cumbre Suprema es porque es uno de los nudos principales de esta red cultural e histórica. No podemos, sin embargo, afirmar que fuera el único nudo relevante. Diversos ‘padres’ y ‘fundadores’ volverán a aparecer una y otra vez, a lo largo de los siglos, para darle al Taijiquan la forma (e incluso el nombre) que hoy tiene. En otros post esperamos referirnos a algunos de ellos.

Referencias

Silberstorff, Jan (2003/2009). Chen. Living Taijiquan in the Classical Style.  London: Singing Dragon.

Wile, Douglas (1999/2001). Los precursores del Tai-Chi Chüan. La creación de un arte marcial interno. Guadalajara: TAO.

Sim, Davine Siaw-Voon y Gaffney, David (2002). Chen style taijiquan.  The source of taiji boxing. Berkeley: Blue snake.

Actualizado el 16 de septiembre de 2012

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Shaolinquan y Taijiquan: la ‘estructura mitológica’

«En el año 1200 el monje taoísta Chan San-feng fundó un tempo en la montaña de Wu-tang dedicado a la práctica del taoísmo y el desarrollo de la vida humana. (…) Desde su concepción, el sistema monástico de la montaña de Wu-tang puso el acento en el poder interno y en el desarrollo de la sabiduría.  Por ello, los chinos se han referido al sistema tai chi como el sistema interno, para diferenciarlo del arte marcial de lucha Shaolin»

Waysun Liao (1977/2002)
Clásicos del Tai Chi

Cuando surjen preguntas sobre el origen del Taijiquan, la figura del monje taoísta Zhang Sanfeng no tarda en aparecer en el horizonte.  Desde que se han empezado a popularizar la idea de que los llamados ‘estilos internos’ fueron creados en la montaña de Wudang (Hubei), esta referencia se ha vuelto prácticamente obligada. En todo caso, remontarse ha Zhang Sanfeng y a Wudang para encontrar la cuna del Taijiquan no está excento de controversias.  En este post quisiera presentar la sugerente interpretación que sobre esta cuestión hace Meir Shahar (2008) en su libro The Shaolin Monastery: History, Religion, and the Chinese Martial Arts.

Al pensar en la manera como las artes marciales chinas aparecen como herederas del legado de lejanos patriarcas (Zhang Sanfeng para los ‘estilos internos’, y Bodidharma para los ‘externos’), Shahar (2008) encuentra lo que llama una ‘estructura mitológica’. Para llegar a esta idea empieza refiriéndose a la escuela interna de boxeo (Neijiaquan) creada en el siglo XVII por Wang Zhengnan (1617-1669), un caballero andante de Zhejiang. Concretamente, cita el contraste que Huang Zongxi (1610-1695) y su hijo Huang Baijia (1643-?) establecieron entre dicha escuela y la establecida en el monasterio de Shaolin, a la que definieron como ‘externa’. En 1669, el primero de ellos escribió:

El Templo de Shaolin es famoso por sus luchadores. Sin embargo, sus técnicas son principalmente de ataque, lo que crea oportunidades para que un adversario las explote. Ahora hay otra escuela que se llama ‘interna’, la cual supera al movimiento con la quietud. Los agresores son fácilmente rechazados.  Por tanto distinguimos el sistema de Shaolin como ‘externo’.

Los Huang atribuían los orígenes de la escuela de Wang Zhengnan a Zhang Sanfeng, que había vivido varios siglos antes y que, de acuerdo con ellos, había practicado en Shaolin antes de crear su propio método. Lo habría hecho, de acuerdo con Huang Baijia, invirtiendo los principios del Shaolinquan. Sin embargo, Shahar (2008) asegura que, a la luz de los documentos históricos donde se informa sobre la existencia de Zhang Sanfeng, no hay pruebas que permitan asociarlo de alguna manera con las artes marciales chinas. 

La asociación entre este inmortal taoísta y el Neijiaquan pudo haber sido establecida por los Huang por una o varias de las siguientes razones. En primer lugar, por el culto que Zhang le predicaba a una deidad guerrera (Zhenwu o Xuanwu) a la que algunos emperadores chinos atribuían sus triunfos en el campo de batalla y que, de acuerdo con Huang Zongxi, enseñó las técnicas internas de combate al monje durante un sueño.  En segundo lugar, por la relación existente entre Zhang Sanfeng, el monte de Wudang y la dinastía Ming (vínculo que aseguraba la gloria de la familia imperial) que era rememorada y ensalzada por los Huang en el contexto de un nuevo régimen detentado por los Manchues desde 1644:

La elección, por parte de Huang, de Zhang Sanfeng como el fundador de la escuela interna y del monte Wudang como el lugar de nacimiento de las artes marciales equivale a una declaración política. Huang Zongxi empleó el santo taoista como un símbolo de la lealtad a la dinastía Ming (Shahar, 2008: 177)

Así pues, para Shahar, el nacionalismo ferviente de los Huang pudo estar detrás del mito de origen que estamos examinando. La escuela interna se convirtió, para ellos, en un dispositivo para dar sentido a su oposición a la invasión Manchú. Por esta vía, no solo diferenciaba dos estilos de lucha, sino que articulaba una dicotomía entre lo propio y lo ajeno que servía a la construcción de una renovada identidad nacional.

Esta última es la tesis que sugiere también Douglas Wile (1996/1999) en el libro Clásicos perdidos del Tai-chi, de finales de la Dinastía Ching. Idea que el autor complenta, posteriormente, con otra según la cual, el uso que los Huang hacen de la figura de Wang Zhengnan es una invitación a la ‘alianza entre los hombres de letras leales y las masas’ (Wide, 1999/2001:47).  La habilidad en el combate de este personaje, unida a su refinamiento, moral y buenas maneras lo convertían, a sus ojos, en el modelo a seguir para todo patriota anti-Manchú: un ejemplo de equilibrio entre la cultura tradicional (wen) de los hombres de letras y las artes marciales (wu), de origen más humilde.

Junto a estas reflexiones, Shahar (2008) añade una tercera justificación para el surgimiento de la leyenda de Zhang Sanfeng.  Los Huang podrían haber conectado la escuela interna con un inmortal taoísta para contrabalancear la afiliación de la escuela externa a un santo budista (Bodhidharma).  Es aquí donde aparece la ya mencionada ‘estructura mitológica’:

… la genealogía de Zhang Sanfeng coincidía en una estructura armoniosa con la ascendencia de Bodhidharma. Por un lado estaba una escuela ‘externa’ asociada al budismo y atribuida a un patriarca indio que supuestamente meditó en la sagrada montaña Song.  Por el otro, una escuela ‘interna’ relacionada con el taoísmo y vinculada con un inmortal que, según se afirma, se recluyó en la sagrada montaña de Wudang.    Esta simetría perfecta de direcciones (externas e internas), religiones (budismo y taoísmo), santos (Bodhidharma y Zhang Sanfeng), y picos sagrados (Song y Wudang) se unieron, en un eje geográfico, con la correlación entre norte y sur (…). Debido a que la montaña Song era la más norteña de las dos, la escuela ‘externa’ se denominó ‘del norte’, mientras que su rival escuela ‘interna’ pasó a conocerse como ‘del sur’. (p. 179)

Independientemente de lo convincentes que puedan resultar estas tres posibles explicaciones, lo cierto es que -a pesar de la desaparición de la escuela de Wang Zhengnan- la figura de Zhang Sanfeng terminó por transferirse a los mitos de origen de las llamadas ‘artes marciales internas’ en general, entre ellas el Taijiquan. Shahar (2008) data este traspaso a finales del siglo XIX. Así, nos propone una desmitificación del nacimiento del Boxeo de la Cumbre Suprema, reconociendo los avatares políticos y las luchas simbólicas que podrían estar detrás de su invención. A pesar de lo inspirador que pueda ser adjudicar a un dios y a un inmortal la creación del Taijiquan, la mirada de Shahar -más mundana- no está excenta de interés.

Referencias

Liao, Waysun (1977/2002). Clásicos del Tai Chi. Barcelona: Oniro.

Shahar, Meir (2008). The Shaolin Monastery: History, Religion, and the Chinese Martial Arts.  Honolulu: University of Hawai’i Press.

Wile, Douglas (1996/1999). Clásicos perdidos del Tai-chi, de Finales de la Dinastía Ch’ing.  Madrid: TAO.

Wile, Douglas (1999/2001). Los precursores del Tai-Chi Chüan. La creación de un arte marcial interno. Guadalajara: TAO.

Actualizado el 18 de septiembre de 2011

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