Salir a correr es una de las actividades que más fácilmente relacionamos con el ejercicio. Si intentamos imaginarnos a una persona atlética, muy seguramente la veremos corriendo en nuestra mente, con su ropa deportiva y unas zapatillas al uso. Así pues, no nos extrañará saber que correr es una de las actividades deportivas que, con mayor frecuencia, realizan las personas mayores que intentan mantenerse activas y saludables. Sin lugar a dudas, es también una actividad que aporta grandes beneficios, si se realiza adecuadamente. Es una excelente forma de ejercicio aeróbico que estimula la función cardiopulmonar y fortalece los músculos (Xu y otros, 2004), especialmente los de los miembros inferiores.
Desarrollar fuerza en las piernas es una de las cosas que logra también un practicante regular de Taijiquan. Así que podría resultar interesante saber si el fortalecimiento derivado de esta disciplina puede compararse, de alguna manera, con el que logran los corredores habituales. Este es precisamente el tema que aborda el trabajo de Xu, Hong y Li (2008), titulado «Tai Chi Exercise and Muscle Strength and Endurance in Older People«. En él, los autores investigan la influencia del Taijiquan en el fortalecimiento de las piernas y en el aumento de la resistencia en personas mayores. Para tal efecto compararon 21 practicantes de Taijiquan estilo Yang con 18 corredores habituales (en ambos casos, con al menos 4 años de experiencia) y 22 personas que llevaban por lo menos 5 años sin realizar ejercicio con regularidad. Todos eran personas mayores de 60 años, con un estilo de vida independiente y con buen estado de salud.
Como puede suponerse, las personas activas mostraron mejores puntajes que los sedentarios en muchas de las medidas de fuerza y resistencia muscular. Además, se encontraron diferencias entre los efectos producidos por la práctica regular del jogging y del Taijiquan. Los corredores habituales eran más fuertes que los sedentarios en los dorsiflexores del tobillo, así como en los flexores y extensores de las rodillas (a velocidades altas de contracción). Los practicantes de Taijiquan solo mostraron ventajas significativas para el caso de los dorsiflexores del tobillo, aunque la resistencia de sus extensores fue más pronunciada en los practicantes de Taijiquan que en los grupos de control. El fortalecimiento de los dorsiflexores del tobillo no es un efecto menor, ya que se ha encontrado que los tobillos débiles están asociados al riesgo de caer en personas mayores. El Taijiquan puede ayudar a prevenir este problema. Adicionalmente, aunque comparado con el jogging parece aportar menos en el fortalecimiento de las rodillas, el Taijiquan resulta menos lesivo debido a que los pies se mueven y apoyan lenta y deliberadamente (Xu y otros, 2008).
En otro estudio realizado por los autores, se encontró que el Taijiquan se muestra más efectivo que el jogging en el mantenimiento y mejora de la propiocepción en los miembros inferiores (Xu y otros, 2004). Esto se debe a que, a diferencia de lo que ocurre en la práctica del Taijiquan, la conciencia del movimiento y posición de las articulaciones no es algo que preocupe excesivamente a los corredores. Más sorpresivo, sin embargo, es que el Taijiquan se muestre superior en el desarrollo de la resistencia muscular.
En el estudio de Xu y sus colegas (2008), los practicantes de Taijiquan alcanzaron (entre los tres grupos comparados) los mayores niveles de resistencia en las piernas. Los movimientos de esta práctica -lentos, continuos y suaves; bien controlados- requieren de la implicación de fibras musculares de contracción lenta [slow-twitch muscle fibers]. Estas fibras pueden contraerse por largos períodos con el empleo de poca fuerza, y cuando se entrenan exhiben una mayor concentración de mioglobina, un mayor número de capilares y un mayor contenido de mitocondrias que las fibras de contracción rápida. Dichos factores les permiten mostrar una alta capacidad para el metabolismo aeróbico y, por tanto, una mayor resistencia a la fatiga (Xu y otros, 2008).
Aunque nuestros cuerpos se debilitan a medida que envejecemos, los estudios indican que las personas mayores responden favorablemente al ejercicio y se adaptan al entrenamiento de resistencia y fortalecimiento de manera similar a las personas jóvenes. Comparados con sujetos sedentarios de su mismo grupo etario, los mayores que realizan actividad física con regularidad tienen mejor equilibrio, flexibilidad, tiempo de reacción y fuerza (Hong, Li & Robinson, 2000). Así pues, el decremento de estas capacidades no ha de entenderse como una consecuencia inevitable del envejecimiento. Xu y sus colegas (2008) vuelven sobre las mismas conclusiones para el caso concreto de la capacidad muscular. Según su investigación, las personas que se mantienen físicamente activas a edades avanzadas tienen mayor fuerza y resistencia que sus contemporáneos menos activos. El Taijiquan, como puede suponerse, puede aportar su grano de arena en este asunto.
Referencias
Hong, Youlian; Li, Jing Xian; Robinson, P. D. (2000). Balance control, flexibility, and cardiorespiratory fitness among older Tai Chi practitioners. British Journal of Sports Medicine, 34:29-34.
Xu, Dong Qing; Hong, Youlian; Li, Jing Xian (2008) Tai Chi Exercise and Muscle Strength and Endurance in Older People. En Hong, Yulian (ed.). Tai Chi Chuan. State of the Art in International Research (pp 20–29). Karger: Basel.
Xu, Dong Qing; Hong, Youlian; Li, Jing Xian; Chan, K. (2004). Effect of tai chi exercise on proprioception of ankle and knee joints in old people. British Journal of Sports Medicine, 38: 50-54.
Actualizaciones:
29 de enero de 2012
9 de marzo de 2012