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Características del movimiento de los pies en Taijiquan

Caminar es la forma básica que tenemos para desplazarnos en nuestro día a día.  Pocas veces nos ponemos a pensar en lo importante que esta acción tan cotidiana tiene para el desarrollo de nuestras actividades.  No es hasta que una lesión o enfermedad nos incapacita para caminar, que vemos de repente su trascendental importancia. El envejecimiento también puede mermar nuestra habilidad para caminar, por lo que diversos estudios se han preocupado por desvelar los efectos de programas de entrenamiento de la marcha en la estabilidad postural, la fortaleza muscular o las respuestas cardiovasculares en personas mayores.

Los efectos positivos de los programas de entrenamiento basados en la marcha han llevado a los profesionales de la salud a recomendar a las personas mayores a caminar con frecuencia. Sin embargo, este sencillo ejercicio no tiene por qué ser la mejor o por lo menos la única manera de impactar positivamente la salud a través del desplazamiento.  El movimiento adecuado de los pies y las piernas es una cuestión enfatizada con frecuencia en la práctica del Taijiquan.  Desafortunadamente, poco sabe la ciencia moderna sobre las características de este trabajo con los pies y las piernas en el Taijiquan.  Hong y sus colaboradores (2008) pretenden empezar a llenar este vacío.

En el trabajo que referencia en este post, Hong y sus colegas comparan la forma de desplazamiento propia del Taijiquan con la marcha normal.  Dicha comparación se realiza sobre la base de parámetros referidos a patrones temporales de apoyo [temporal parameters of support pattern] y direcciones del pie en el paso [step direction of foot].  Para obtener esta información, Hong y sus colaboradores filmaron y analizaron la manera como 16 practicantes experimentados de Taijiquan (1) ejecutaban en una ocasión la forma de 42 movimientos del estilo Yang moderno y (2) caminaban a lo largo de un camino de 15 metros, en tres oportunidades.


Forma de 42 movimientos del estilo Yang moderno

Los autores determinaron siete patrones de apoyo y seis formas de orientar los pasos en el Taijiquan.  Los patrones recibieron los siguientes nombres: (1) apoyo distribuido entre las dos extremidades, (2) apoyo sobre la extremidad izquierda exclusivamente, (3) apoyo sobre la extremidad derecha, (4) apoyo sobre la pierna izquierda, con apoyo de los dedos del pie contrario, (5) apoyo sobre la pierna derecha, con apoyo de los dedos del pie contrario, (6) apoyo sobre la pierna izquierda, con apoyo del talón del pie contrario, (7) apoyo sobre la pierna derecha, con apoyo del talón del pie contrario. Por otro lado, clasificaron la dirección de los pasos así: (1) paso hacia adelante (movimiento anterior de un pie en relación a un pie de apoyo), (2) paso hacia atrás (movimiento posterior de un pie en relación a un pie de apoyo), (3) caminar de lado (paso lateral en relación a un pie de apoyo), (4) paso arriba y abajo (elevar un pie a la altura de la rodilla del pie de apoyo), (5) girar el paso (rotación del pie de apoyo acompañado de un paso con el otro pie), y (6) intensificación de un paso (los pies se fijan al suelo sin desplazarlos).  De entrada, estas clasificaciones contrastan con la relativa simplicidad del desplazamiento normal [normal walking], que los autores consideran una forma de movimiento  cíclico.  Durante cada ciclo, afirman Hong y sus colegas, solo se combinan tres formas de apoyo: el apoyo distribuido en las dos extremidades, el apoyo sobre la izquierda y el apoyo sobre la derecha.

Ahora bien, la mayor diversidad de movimientos que se entrenan con la práctica del Taijiquan no es la única diferencia entre ella y la marcha normal.  Los resultados indican que tanto el patrón de apoyo sobre las dos piernas, como los  patrones sobre una sola pierna se ejecutan más lentamente durante la forma.  Lo mismo ocurre con el cambio de un patrón a otro. La duración de cada uno de los tipos de paso es además corta y se acompaña de un cambio frecuente de  dirección. Los autores concluyen que la existencia de esta variedad de patrones de apoyo, el lento tránsito de un patrón a otro, junto con la introducción de diferentes y cambiantes formas de paso, simulan mejor los retos que las personas encuentran en su vida cotidiana, durante el desplazamiento.

Hong y sus colegas afirman que el propósito de la marcha ordinaria es transportar al cuerpo de manera segura y eficiente a través del espacio usando las dos piernas, ofreciendo al mismo tiempo apoyo y propulsión.  La práctica del Taijiquan, por su parte, enfatiza en la estabilidad, el equilibrio, la lentitud y la uniformidad en el movimiento.  Gracias a esto, el Taijiquan puede producir mejoras en el equilibrio, así como en el control de nuestro centro de gravedad. El incremento en el tiempo de ejecución de algunos movimientos reduce la velocidad del movimiento y retarda el cambio de un patrón a otro, de esta manera prolonga la duración de la contracción muscular, aumentando la fuerza y la resistencia de estos músculos. Algo semejante puede decirse de la ejercitación del desplazamiento hacia atrás, el desplazamiento lateral, los giros y la ejecución de distintos tipos de apoyo en una pierna durante la práctica del Taijiquan.  Estas formas de moverse están poco presentes en la marcha cotidiana, pero son centrales a la hora de enfrentar posibles dificultades que la acompañan, como superar obstáculos, darse la vuelta, lidiar con diferentes tipos de superficies, etc.  Esto, que puede ser relativamente fácil de lograr para las personas jóvenes, puede ser más demandante a medida que aumenta la edad, de allí que los autores sostengan que…

«Practicing Tai Chi may help elderly people to manage with those challenging activities such as stepping over an obstacle and negotiating a raised surface because they have already simulated and practiced similar movements in Tai Chi exercise.» (p. 9)

Así pues, como conclusión, los autores del estudio afirman que el Taijiquan es más efectivo que la marcha (walking) a la hora de simular los desafíos a los que se enfrenta nuestra manera de andar en la vida cotidiana. Por esta vía resulta positivo para mejorar el equilibrio y la fuerza muscular.

Referencias

Hong, Y.; Mao, D.W.; Li, J.X. (2008). Temporal Characteristics of Fot Movement in Tai Chi Exercise (pp. 1-11). En Y. Hong (Ed.) Tai Chi Chuan: State of the Art in International Research. Switzerland: Karger.

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